El pasado 7 de abril, se conmemoró la muerte de Thomas Bayes, uno de los personajes más enigmáticos de la historia de la ciencia y que da nombre a toda una corriente “Filosófica” dentro del mundo del estudio de los datos: la Estadística Bayesiana.
Si me dejáis, os cuento un poquito sobre él.
Nacimiento y educación
Thomas Bayes nació en Hertforshire, en el seno de una familia de Sheffield allá por 1702. En concreto, fue el mayor de los 7 (7! 😳) hijos de Ann y Joshua Bayes. Su padre, Joshua fue uno de los 7 primeros reverendos presbiterianos, una rama de la iglesia protestante que no daba su apoyo a la iglesia anglicana, por lo que se les consideraba no-conformistas (vamos, los protestantes dentro de los protestantes).
Algo curioso sobre las consecuencias de la inclinación religiosa de esta familia es que, al no comulgar con la iglesia existente en ese momento, sus hijos no fueron bautizados (al menos donde se esperaría que lo hubiesen sido) por lo que no queda constancia del nacimiento de Thomas ni de ninguno de sus hermanos. De ahí que no conozcamos la fecha exacta de su nacimiento y que, en algunos momentos de la historia se halla dudado de su existencia. Misterio incentivado, además, por la duda razonable de que no sea Bayes el señor de la ilustración que siempre se le atribuye (incluso aquí). Podéis consultar más sobre esta «anécdota» en el siguiente enlace . Pero volvamos a la historia.
Tras el nombramiento de Joshua Bayes como reverendo, toda la familia, incluido Thomas, se muda a Londres. Sin embargo, dada su condición de presbiteriano, Bayes no pudo cursar teología en dicha ciudad, teniendo que desplazarse. Fue por ello que ingresó en la Universidad de Edimburgo en 1719 donde parece ser que también estudió lógica y matemáticas. En 1722 Thomas volvió a Londres para ayudar a su padre en la gestión de la parroquia que éste dirigía.
Su vida como reverendo
Ejerciendo como reverendo auxiliar, uno de sus principales objetivos era reconciliar la supuesta bondad de Dios con la maldad de los castigos que supuestamente impartía. En concreto, una de las primeras obras que se le atribuyen fue un panfleto publicado en 1731 en el que aseguraba que “Dios da a cada persona la máxima felicidad de la que ésta es capaz”.
En 1734, Thomas Bayes se muda a Tunbridge Wells (Kent) donde es nombrado reverendo De la Iglesia Monte Sion en la que ejercerá como tal hasta 1752.
Bayes siempre había tenido inquietudes matemáticas que combinaba con su religiosidad. En concreto, Thomas estaba interesado en estudiar las causas más probables de aquello que sucedía para poder probar la existencia de Dios y su benevolencia. En este sentido, una de las personas a las que más admiraba Thomas era a Sir Isaac Newton.
Esta admiración dio lugar a su segunda obra en vida, la primera de carácter matemático. Se trataba de un alegato en el que Bayes defendía y explicaba la ley de la gravitación universal de Newton ante los ataques de George Berkeley en “The Analyst”, una crítica a los principios del cálculo en la que Berkeley arremetía (como en otras de sus obras) contra los libre pensadores… Digamos que el señor que da nombre a una de las más prestigiosas universidades de Estados Unidos, era un señor muy conservador.
La obra en cuestión se llamaba “An Introduction to the Doctrine of Fluxions, and a Defence of the Mathematicians Against the Objections of the Author of The Analyst” y fue publicada de forma anónima en 1736.
Posiblemente, este trabajo fue lo que llevó a Thomas Bayes a ser nombrado miembro de la Royal Society en 1742, a pesar de que no se le conoce ningún otro trabajo matemático publicado en vida.
El trabajo de su vida
Y digo, en vida, porque su gran trabajo, el que le ha valido reconocimiento y recuerdo, fue publicado tras su muerte. Se trata de la obra que da lugar a lo que hoy conocemos como Teorema de Bayes y que comenzó a gestarse entre 1746 y 1749 (De la relevancia de Laplace en este asunto os hablo otro día 😜).
No se sabe muy bien que inspiró a Bayes. Pudo ser el libro “The Doctrine of Chances” de Abraham de Moivre (quien se sospecha que fue su profesor cuando vivía en Londres); o las teorías probabilísticas sobre las apuestas de Earl of Stanhope; quizás el estudio de las causas implícito en la Ley de la gravedad de Newton; o podría ser la intención de responder al tratado de David Hume “Investigación sobre el entendimiento humano” en el que Hume rechaza todo concepto de causalidad así como la existencia de Dios.
El caso es que Bayes diseña un procedimiento por el cual, partiendo de un conocimiento, digamos, nulo, se puede ir aprendiendo a partir de observaciones (datos, hechos) para llegar a conocer aquello que las causa. (Otro día os cuento su ejemplo… que mola)
Esta idea tan sencilla es la que se esconde detrás del aprendizaje humano y es la que Bayes, plasma en el teorema que da nombre a una toda una corriente de pensamiento dentro de la Estadística: la Estadística Bayesiana.
Pero el resultado de Bayes, más allá de ser comentado con algún colega, se quedo cogiendo polvo hasta su muerte. Este solo vio la luz cuando su amigo Richard Price lo recuperó de entre un montón de papeles. Richard creyó ver en él la respuesta al criticismo de Hume como así lo plasma en la carta enviada a la Royal Society junto al manuscrito de Thomas, para solicitar su publicación.
Finalmente, éste apareció en 1763, en la revista Philosophical Transactions bajo el nombre: “An Essay toward solving a Problem in the Doctrine of Chances”
El fin de sus dias
Thomas Bayes murió el 7 de abril de 1761 allí donde había vivido los últimos años de su vida. El se fue, pero su concepto de aprendizaje se quedó con nosotros para siempre. Y, a pesar de sus idas y venidas, ha demostrado saber renacer de sus cenizas.
Larga vida a Bayes!
Gracias a Fernando Blanco @FBpsy por hacerme dudar sobre la procedencia de la foto… siempre hay algo nuevo que aprender.
Podéis encontrar más info en:
- The Theory That Would Not Die de Sharon Bertsch McGrayne.
- En wikipedia (en inglés mejor)
- O en la página ugr.es/~eaznar/bayes entre otras
One Reply to “Thomas Bayes. El reverendo que formalizó la idea del aprendizaje.”