Gertrude Cox. Estadística ante todo.

En 1940 un importante estadístico, George Snedecor, conocido entre otras cosas por la distribución F de Snedecor, escribía al pie de una carta de recomendación (después de recomendar a cinco hombres): 

Por supuesto, si pudieseis considerar una mujer para este puesto, yo recomendaría a Gertrude Cox de mi equipo

G. Snedecor

¿Pero quien era Gertrude Cox y que significó para la historia de la estadística? 

¿Me dejas que te cuente?

Por casualidad

Uno de los tesoros de las estanterías de mi biblioteca es el libro de Cochran y Cox “Experimental Designs”. Por años pensé que Cox era un hombre… porque eso es lo que nos dice la sociedad ¿no? Que son ellos los que escriben los libros. 

Sin embargo, un día, caminando por los pasillos de la Universidad de Carolina del Norte, me topé con un cartel conmemorativo. Se trataba de un memorial en honor de una mujer estadística y, cómo no, me acerqué a ojearlo con curiosidad. Así fue como me llevé una bofetada de realidad morada. Cox no solo no fue un hombre, sino que fue una figura clave en la reconciliación entre la estadística teórica y la aplicada, una mujer que consiguió romper muchos techos de cristal.

Todo tiene un principio. 

Gertrude Mary Cox nació en una granja en Dayton Iowa en enero de 1900. Ella describía su infancia perdida entre bosques, ríos y colinas. Un día la familia decidió mudarse a un pueblo cercano, Perry, donde Gertrude empezó a estudiar en el colegio público de la zona. 

Su madre, Emma, ejerció una gran influencia sobre ella, sus hermanos y hermanas (4 en total). Les inculcó la importancia de cuidar y proporcionar alivio a los demás. Unas enseñanzas que llevaron a Gertrude a estudiar un curso de dos años en ciencias sociales y a pasar otros dos años como madre de acogida de dieciséis niños huérfanos de Montana. Su intención, de hecho, era convertirse en la superintendente del orfanato. Sin embargo, para poder hacerlo, debía tener estudios universitarios y ella se decantó por las matemáticas por que, como ella misma decía, le resultaban fáciles. Fue entonces cuando se topó con la estadística por necesidad. 

La estadística en su camino

Con el fin ganar algo de dinero para sus estudios, se puso a trabajar como calculadora en el equipo de George Snedecor en la escuela de agricultura. Abriéndose su apetito por la estadística, se decantó entonces por completar sus estudios con un máster, siendo la primera titulada en esta disciplina por la Universidad Estatal de Iowa. 

Tras una pequeña incursión en el campo de la psicología en la universidad de Berkeley, Gertrude fue reclamada por Snedecor. Este la necesitaba para que le ayudase en el recién estrenado “Statistical Laboratory” de la Universidad de Iowa. 

Durante este periodo, Gertrude siguió colaborando en trabajos sobre psicología.  Ayudo a crear un laboratorio de cálculo y empezó a impartir la asignatura de diseño de experimentos. El material de estos cursos fue el que acabaría publicando años más tarde en su libro junto a William Cochran.  

Gertrude, como profesora en una escuela de agricultura y como investigadora en campos como la psicología, era muy consciente de la importancia de la correcta aplicación de los métodos estadísticos. Así, su investigación se convirtió en un nexo entre la estadística teórica y la aplicada. 

En 1940, en la Universidad de Carolina del Norte se estaba formando el Departamento de Estadística Experimental en la Escuela de Agricultura. A Snedecor le pidieron que recomendará candidatos y eso hizo, recomendar a cinco de sus hombres para el puesto. Al ver la carta, Gertrude no pudo contenerse y le preguntó a su mentor porque ella no estaba entre los recomendados. Snedecor añadió entonces la frase a pie de pagina con la que comenzaba esta entrada.

Y la gran suerte para la estadística es que no solo fue considerada sino seleccionada. Lo hizo, además, con gran apoyo por parte de diversas entidades gubernamentales relacionadas con la agricultura. 

Diario de Gertrude Cox. Imagen del día en que le comunicaron que había sido elegida para la posición en la Universidad de Carolina del Norte.

Estadistica ante todo

Gertrude empezó entonces una gran cruzada. Emplazó a todos los miembros del departamento a estudiar sus cursos de diseño de experimentos y trato de conseguir que hubiese personas formadas en estadística en todas las especialidades de la escuela de agricultura. 

En este afán por educar en estadística a toda la comunidad, Gertrude estableció seminarios semanales, congresos y escuelas de verano. En todos estos eventos se insistía en la importancia de esta disciplina desde un punto de vista muy aplicado. 

Consiguió una beca financiada por John D. Rockefeller para establecer y dirigir el Instituto de Estadística de la Universidad de Carolina del Norte que empezó a dirigir de forma exclusiva en 1949. 

Durante este periodo ayudó también a crear otros laboratorios de estadística aplicada en ciencias sociales, así como a fundar el departamento de Bioestadística.  Cabe destacar su gran esfuerzo por conseguir financiación para todos los proyectos que emprendía. Unas ayudas que fueron imprescindibles para fortalecer los programas de formación estadística en los que tan firmemente creía. 

En 1958 junto a otros miembros de la Universidad de Carolina del Norte, establece la división estadística del Research Triangle Institute, una importante institución sin animo de lucro, dedicada a la investigación. Gertrude dirige esta institución a tiempo completo desde 1960 hasta 1965 momento en el que decide retirarse. Sin embargo, seguirá ejerciendo activamente como estadística hasta su muerte por leucemia en 1978. 

Gertrude Participó activamente en sociedades y organizaciones estadísticas siendo una de las impulsoras de la Biometric Society creada en 1947 y de la que fue presidenta entre 1968 y 1969. Fue además redactora jefa de la revista Biometrics durante 11 años. En 1956 fue también presidenta de la American Statistical Asociation.

Viajó por todo el mundo realizando consultoría estadística e intentando ayudar principalmente a los países en vías de desarrollo. Una especie de misionera, conjugando la ayuda al prójimo con la firme creencia en la importancia de la estadística para mejorar la vida de las personas. 

Gertrude en Egipto, uno de sus múltiples viajes por todo el mundo.

Todos sus compañeros destacaban de ella su enorme generosidad, su amor por los niños y su interés en el bienestar de las familias que la rodeaban.

Reconocida 

Gertrude recibió gran cantidad de reconocimientos en vida siendo nombrada miembro de honor de multitud de sociedades científicas como la American Public Health Association, la American Association for the Advancement of Science, el Institute of Mathematical Statistics, la American Statistical Asociation y la Royal Statistical Society. En 1975 fue elegida para la Nacional Academy of Sciences y en 1977 la Universidad de Carolina del Norte instauró en su honor la beca de investigación Gertrude M. Cox, dotada con 200.000 dólares.

Hasta sus últimos días, postrada en una cama del Hospital Universitario de Duke, mantuvo su buen humor y su amor por la estadística, declarándose a si misma como una unidad experimental. 

Gracias por leer hasta aquí y que el amor de Gertrude M. Cox por la estadística nos ilumine y nos acompañe.

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